viernes, 31 de agosto de 2007

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Hacia finales del siglo xix el horizonte de la música de cámara o intimista estaba solapado por las grandes composiciones monumentales, el concierto, la sinfonía, la gran opera melodramática.
En el verano 1891 inspirado por la experiencia de haber escuchado al clarinetista principal de Orquesta de la Corte de Meininegen, Richard Mühlfeld, Johannes Brahms compuso el Trío en la menor para Piano, Clarinete y Violonchelo Op.114, y el Quinteto para Clarinete y Cuerdas Op.115. Tres años después y a pesar de haber dado su palabra de no seguir componiendo, compuso las dos Sonatas para Clarinete y Piano Op.120.
Con estas obras cerró Brahms su larga producción de música de cámara, y su vida como compositor. Ésta anécdota hace eco a un suceso muy parecido sucedido con W.A. Mozart. Éste conoció al clarinetista Anton Stadler, resultando tal encuentro en la composición de sus últimas dos obras maestras: el Quinteto para Clarinete y Cuerdas K.581, el Concierto para Clarinete y Orquesta, K.622. La diferencia entre ambos es que Mozart nunca empeñó su palabra para luego contradecirla. La semejanza es la cautavación ejercida por el sonido del clarinete, un instrumento de viento con sonido de madera, cálido, suave, envolvente.

¿Qué impulsa a un compositor a escribir una sonata, por ejemplo? Difícil saberlo, me gusta considerar que es una suerte de ejercicio de obediencia en donde encausar una rebeldía. En el caso de Brahams este impulso es contrarrestado por una embestida de razones y principios lógicos-matemáticos. Esta suerte de armado y estructura de la obra musical es todo un desafío que responde a lo que se denomina clásico (en donde resuena Clase). Pero Brahms como hombre de su época, no desconocía los artilugios románticos, que de hecho estaban en crisis para finales del siglo. ¿Cómo ensamblar criterios tan disímiles? Ese parece ser el desafío del ejercicio.

En el segundo movimiento de la sonata en Fa menor para Clarinete y Piano Op.120, tal vez lo último escrito por la pluma de este compositor, este contraste se hace presente. Responde a un armado clásico: Es una sonata, tiene cuatro movimientos, el segundo es lento. La forma de duó responde al (1+1) Como movimiento tiene un tema que se reitera con variaciones armónicas cinco veces:

1- en el clarinete con el contexto del piano
2- en el clarinete (abreviado) con el contexto del piano
3- Se le opone un pequeño contratema o tema 2
4- El tema se retoma solo en el piano y cierra la primera parte
Luego las variaciones
5- en el clarinete con el contexto del piano símil a 1
2- en el clarinete (abreviado) con el contexto del piano símil a 2
3- Se le opone el pequeño contratema o tema 2 recortado y en el piano solo
5- En el final como término del movimiento recordando que la sonata sigue

A los fines de aclaración diremos que tema es una idea expresada en términos musicales, que se puede identificar en sus repeticiones aunque introduzcan una diferencia. Descubran el tema. Escuchando

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